viernes, 17 de septiembre de 2010

La verdadera historia del rescate en el Glaciar Abel Tasman............

Una de las mil cosas interesantes que se pueden hacer en Nueva Zelanda es, esquiar. No tienen grandes estaciones de esquí, ni la mejor nieve el mundo, pero sí que tienen algunas de las mejores actividades de esqui que se pueden hacer.

El tiempo no es que haya sido nuestro aliado durante las vacaciones, así que mientras nos acercabamos al parque nacional del Mt. Cook no había muchas esperanzas de poder ir a esquiar al Glaciar Abel Tasman.

La primera vez que pude ver el Mt. Cook, se me calleron los palos del sombrajo..........

Así que después de recojerlos, fuimos al Sir Edmun Hillary Alpine Center, a presentarle nuestros respetos a tan ilustre escalador.
Y dando un paseito por los alrededores, parecía que el tiempo mejoraba y el Mt. Cook se nos presentaba con sus mejores galas, vestido de invierno para la ocasión.


Después de una gélida noche en la fregoneta, el día amaneció..........espectacular.



Con la perspectiva de tener un gran día de esquí, nos fuimos al micro aeropuerto. Allí además de los 7 que ibamos a hacer el mt. cook, había un montón de chinorris (más bien japoneses) dispuestos a hacer Heliski vestidos como si fueran un peronaje de una película manga.


Nuestro plan, era un poco más tranquilo, solo 7 esquiadores, un guía (más que nada por no caer en una grieta, que debe hacer mucho frío)  y que nos llevaran en avioneta a la cima del glaciar.


Aunque con cierta intranquilidad sobre las habilidades de una avioneta aterrizando en un glaciar, pude disfrutar del vuelo y hacer algunas fotos.

Primero, el monte Cook a la izquierda y debajo el lago que se forma en la terminación del glaciar Abel Tasman.


Y este es el aspecto del glaciar que ibamos a bajar esquiando.


En total, 10 km de bajada, que se hace dos veces............ por que así te cobran el doble de dinero................no te dan la opción de hacerlo solo una vez.....


El guía y el piloto, charlaban amigablemente sobre sus cosillas. Nosotros a lo nuestro, total con el ruido no se entendía un carajo.



Así que felices y contentos, aterrizamos en la nieve cual carro de caballos por calzada romana bacheada.

Una vez anievizados (supongo que se dirá así, si se dice amerizar, aterrizar.......) y recogidas las dentaduras del suelo de la avioneta, escuchamos atentos las recomendaciones del guía.





Pero el guía seguía empeñado en que iba a hacer mal tiempo.


Nosotros, a lo nuestro a disfrutar del esquí, de la nieve, de las buenas vistas, del buen tiempo reinante....


El guía pesao, decía que aquí en un pispas se meten las nubes y la avioneta ya no podría venir a por nosotros.
Así que nos hizo bajar todo lo rápido que nuestras habilidades como esquiadores nos permitían, es decir, más bien despacio.

Y llegamos al punto de encuentro con la avioneta............................



Así, que la situación se puso un pelín tensa, el guía pilló el walkie y llamó a la base, mientras perdía los nervios....



Así que nos recomendaron bajar tooooooodooooooooo el glaciar, hasta el límite de lo esquiable y grietable, y allí mandarían un helicóptero con un piloto guay y valiente como los de las pelis.

Una vez abajo del todo, un helicóptero nos recogió con amabilidad y nos saco de aquel "infierno" de nieve suave y bellas montañas, mientras las nubes ya cubrían el glaciar por el que hacía 10 minuticos que habíamos pasado.



Esta fue la verdadera historia (convenientemente dramatizada y exagerada) de  un gran día de esquí.



jueves, 9 de septiembre de 2010

Y así pasan los días

Pues por aquí seguimos, en el otro lado de este curioso planeta. Si algo tiene de especial este pais es la gran variedad de paisajes que uno va viendo según lo recorre.

Tenemos playas paradisíacas, salvajes, solitarias, donde despelotarse agusto (si no fuera por el frío que hace, claro).

Idílicos paisajes verdes, con montañas nevadas, y el mar, mucho más propios de los hobbits que de los humanos.

Fantásticos glaciares por los que bajar esquiando antes de que te pille el mal tiempo y te tengan que rescatar (esa es una historia que contaré otro día).

Tambien se puede subir a volcanes nevados pero no apagados, que en cualquier momento podrían entrar en erupción y chamuscarnos un poquillo.

Pero el caso es que por ahora nos vamos librando por los pelos de un terremoto de 7,1 en christchurch, de una tormenta en el monte cook, de inundaciones en la isla norte........así que la verdad es que estoy deseando volver a abrazar mi querido y estable granito de la pedriza, siempre tan fiel.