viernes, 27 de abril de 2018

Y yo con estos pelos....(La Cantabrona)

Hace poco menos de un año decidimos "el brother" y yo que este año nuestra "proeza" sería una marcha ciclista de carretera llamada La Cantabrona.



Nos esperaban 176 km, 5 puertos de montaña, 3400m de desnivel positivo........y yo ni siquiera tenía bici de carretera, así que el primer paso estaba claro :)

Pasó un invierno en el que fue difícil entrenar, frío, viento, lluvia, poco tiempo libre, etc. Así que llegué a la salida de la prueba muy justito de entrenamiento, tan poco tiempo tuve que ni pude quitarme los pelos de las piernas, algo super importante en un deporte en el que el postureo es fundamental.

Y ahí llegamos al día de la salida con más pelos en las piernas que las ingles de Chewbacca.

Salían unos 1500 corredores y también nosotros, que corredores, corredores............como que no.

Pasaban los km, el primer puerto, el segundo, y llegaba el tercero, Estacas de Trueba, 14 km subiendo a una media del 6%, y lo peor con viento de cara.

Casi se me caen los palos del sombrajo, decidí subirlo por pulsaciones y no por sensaciones (que eran horrorosas), hasta llegué a pensar que lo mismo mi sitio estaba en el GLOBEROBUS. Sí, ese autobús que va cerrando la marcha y que como te adelante....o te subas en él.........en vez de una medalla te dan un globo para que lo lleves en la bici.


Y lo vimos, por allí atrás, acercándose, con su motor diesel rugiendo como si llevara la boca abierta diciendo, súbete, súbete..... Pero bueno, gracias a "el brother" que me quitó el aire de cara con sus anchas espaldas conseguimos hacer cumbre sin que el GLOBEROBUS nos diera alcance.

El siguiente puerto el de la Sía, fue más llevadero, el aire de culo echó una mano y esos paisajes que conocemos de llevar por allí toda la vida arrastrando nuestras sacas de espeleología hacían más tranquilo el camino. La bajada de la Sía a Arredondo, es sin duda de lo mejor que he hecho en bici.


El último puerto, el de Alisas, fue bastante pestoso, mucho, mucho calor. Tanto que hasta perdimos nuestro postureo y glamour, y sacamos a relucir los pelos del pecho de hombre maduro que lucimos (no pongo la foto en grande para que no sea muy desagradable la escena...)
Y a partir de ahí, todo fue mejor. Regular en los primeros puertos nos permitió llegar frescos cual anchoa de Santoña a los últimos 40km, y tuvimos nuestro minúsculo momento de gloria atacando en el "alto de la morcilla" a la grupetta con la que íbamos.

Al final, el saber guardar fuerzas en los puertos iniciales nos dejó energía como para disfrutar un final que a la mayoría se le atraganta.

 Hay que decir que no eramos dos, que eramos tres, llevábamos una buena liebre pero a los 100 metros de dar la salida ya le habíamos perdido la pista  :)


Y con estas irrelevantes gestas heroicas vamos pasando la vida    

Roque, volvió a su pueblo de adopción y sintió la llamada de la selva, si le dejamos suelto ordena todas las ovejas de los valles pasiegos en cinco minutos.               

   .