miércoles, 24 de mayo de 2017

65000 pedaladas

Me presento, soy una bici, que no estoy nada mal, mi cuadro está hecho de carbono, tengo líneas estilizadas y soy ligerita. Soy morena y con líneas verde-amarillo flúor, vamos, lo que está de moda. Vamos que se podría decir que hasta estoy buenecilla.

Esta soy yo:


Soy jovencita, solo tengo unos 6 meses, pero han sido muy intensos. He recorrido muchos parajes de la Sierra de Guadarrama, he hecho las famosas Zetas ni se sabe las veces, hasta he subido el mítico puerto de los Machucos antes de que lo vaya a hacer la Trek esa pijotera que monta un tal Contador.

He visto cuestas que vosotros no creeríais..........y todos esos momentos se perderán en el tiempo como pedaladas sin cadena....

Bueno, a lo que iba, que yo era feliz cuando me sacaban de paseo a rutas normales, 50 km 1500 m de desnivel, pero ya lo del último fin de semana casi me dan ganas de griparme el pedalier y pasar de todo.

El que me saca de paseo no se le ocurrió otra cosa más inteligente que llevarme a los 10000 del Soplao, yo no sabía de que iba eso así cuando se fue a trabajar, como me aburro en casa me puse a rebuscar en internet, y buf, vaya paliza que me esperaba. 163 km, y 4800 m de desnivel.


Por lo menos, iba a ir en compañía de otra amiga ya que a ella la saca a pasear el hermano del zumbao que me monta a mí.

Y vaya como la saca, que deja en ridículo a muchas flacas en el carril bici de la 607.

Así que aquí estamos las dos camino a la gloria...


Ejem, tendré que poner fotos en las que salga el que me monta para que tenga su necesaria ración de narcisismo.

Aquí unas fotos de mi dueño y su hermano, el día de antes. Ese día en el que se pavonean por la línea de salida haciendo parecer que son buenos.


Nos hicieron madrugar mogollón, con lo poco que me gusta. A las 6:15 de la mañana ya estábamos listas en la línea de salida, pero ya había otras 1400 bicis delante :o   De verdad que los dueños de las bicis están fatal de la cabeza. Pero bueno así nosotras charlamos de nuestras cosas.

Llovía, hacía frío, y solo había que esperar hasta las 8:00 para que dieran la salida, vamos un planazo.



Durante los primeros kilómetros eramos muchas y muchas bicis, así que no se podía correr mucho, y mientras los dueños jadean, nosotras las bicis, aunque no se sepa, vamos charlando, así que fue divertido.

Iban todos muy despacito, a ritmo de bicicleta de verano azul.


Llegaron las primeras cuestas y ahí ya empezaron a exigirnos un poco más, y a apretar los pedales. 65000 pedaladas tuve que sufrir ese día para llegar a meta.....


Y llegó el primer minidescanso, vamos una vergüenza, mientras a nosotras nos dejan tiradas en el suelo los dueños van a comer un poco, que desde las 5:30 que habían desayunado ya iba tocando.


Y seguimos, haciendo más y más kilómetros. Mi dueño iba todo el rato diciendo que no se qué del pulsómetro, que no quería ir más rápido por si acaso, mientras su hermano iba como un Ferrari con el freno de mano puesto. 

Llegó el famoso monte Aa, todas las bicis lo íbamos comentando, que habían puesto un tramo nuevo con una cuesta del 29%. Muchas bicis tuvieron que sufrir la deshonra de ser empujadas, pero mi dueño y su hermano (ole sus coj....) hicieron todo el recorrido montado sobre nosotras, dándonos nuestro momento de gloria. Claro que se les quedó una cara de haber apretado el culo.....


Más tarde llegó una curva famosísima por una señora que reparte gominolas a los ciclistas, que encanto de mujer, pero ya nos podía repartir a nosotras las bicis un poquillo de aceite para la cadena, que también merecemos un poco de cariño. 

El caso es que mi dueño en plena cuesta se metió la gominola en la boca y casi le cuesta la vida, ya que jadear y masticar una gominola al mismo tiempo no es tarea sencilla.


Los kilómetros pasaban y pasaban, que si un puerto de 11km, luego uno de 18km, luego un sitio que se llama correpoco y en el que se va despacio (no me imagino porqué le habrán puesto ese nombre...)


Y la verdad es que mi dueño y su hermano iban muy tranquilos, se les veía sufrir lo justo y pasarlo bien, y nosotras tan contenta hablando de nuestras cosas, que, qué tal te va con el Carbono, que vaya neumáticos guapos te ha puesto, que si te hacen juego con los frenos, etc.


Y llegó el temido Negreo, el último puerto. La primera rampa es muy dura, pero con tanta gente animando, mi dueño y su hermano subieron muy dignamente. Tras esa rampa había otra fiestecilla de esas en las que nos dejan tiradas en el suelo mientras ellos se inflan a bocatas de lomo...sobre todo porque queda lo peor.


Así que tras rellenar sus panzas, otra vez a dar pedales, faltaban los kilómetros más duros, pero ya iban contentos sabiendo que la meta estaba cada vez más cerca.


Una última bajada en la que las bicis nos portamos muy bien, frenando como debe ser y amortiguando sus sufridos culos.


Tan tranquilos fueron que ya en el llano llegando a meta en vez de ir a relevos dándole caña iban de charla. Que, qué bien lo habían pasado, que así daba gusto, y mientras tanto no paraban de adelantarnos otras bicis con dueños más competitivos, cagontoooooooo.



Y por fin, ya en meta dejaron de martirizar nuestros sillines y pedales y nos dejaron descansar un poquito.


Venga, voy a poner unas fotos de los dueños para estén contentos. Pero no olvidéis que las bicis, entre nosotras, también hablamos....


Y eso fue todo, la verdad es que me tratan bien, al llegar a casa me lavan, me dan aceitillo, vamos, que me miman bastante. 

Así que ya estoy deseando que me vuelvan a sacar por ahí de aventura para ver a muchas amigas que he hecho en los 10000 del Soplao.