El domingo en patones estaba tooooooooodoooooo el mundo, así que me voy a ahorrar el trabajo de hacer un post sobre ese día, ya que como estaba toooooooooooodaaaaaaaaa la comunidad escaladora allí, pues ya saben que hizo un día estupendo, y que lo de la soledad de la montaña y escuchar el canto de los pajaritos y el viento meciendo las hojas de los árboles es algo que desde luego en patones no existe.
La escalada, en ciertos sitios, se ha convertido en un deporte de masas, con sus ruidos, basuras, cacas de escaladores y sus correspondientes papelitos en medio del camino, etc, etc.
Si es que cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro.
Si es que cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro.
Pero bueno, encontramos un rincón más solitario y agradable donde hacer alguna vía y alguna foto.