Pero no, no se trata de eso, además, dudo mucho que confiesen, dudo mucho que dimitan y dudo mucho más aún de su arrepentimiento.
Bueno, a lo que iba, que soy un mierda....
El famoso perrete, ha estado dos semanas de baja, dos semanas tumbado, que daba una pena verlo, que yo pensaba que a ver si el pobre no iba a volver a ser el de antes.
Total que una vez dado de alta por las altas instancias veterinarias me dije, pues me lo voy a llevar a correr, y ya de paso, le voy a poner un GPS, que siempre he tenido curiosidad por saber donde está cuando salimos a correr y desaparece de mi vista.
Era un día gris, con barro, y que no motivaba mucho para correr, pero bueno, aún así me dije que al animal le hacía falta salir, a ver si volvía a coger la forma, y aunque no me apetecía demasiado, yo es que por el perrete hago lo que sea. Yo por perrete MATO.
Y vamos que si corrió, parece que los animales cuando no entrenan, en vez de perder forma lo que hacen es acumular energía.
Fue como soltar a Usain Bolt con una guindilla en el ojete.
Y aquí están los resultados de tan avanzado experimento (nuestro querido Felix estaría orgulloso de mí).
Como puede comprobarse, y comparado con el perrete,
soy un mierda