Y es que hay días en los que realmente no pasa nada especial, días normales, de trabajo, que no pasarán a la historia de nuestras vidas, pero que siempre son aprovechables aunque sea para hacer fotos.
Te levantas a las 5:30, y con tus legañas y malos pelos te vas hacia el aeropuerto.
Llegas y con la tarjeta de embarque en la boca vas hacia el control de seguridad. Te dan una bandejita pequeña, en la que intentas meter: El abrigo, el portátil, la cartera, el móvil, las llaves, la cámara de fotos, las monedas sueltas y lo peor de todo el cinturón.
Con esa bandejita a reventar te pones en la cola y.............mierda me he traido unos pantalones que me quedan demasiado grandes. Así que ahí, en la cola con la bandeja en la mano, la tarjeta de embarque en la boca y los pantalones que se van bajando.
Así que casi me veo que cuando llegue al arco de seguridad los llevaré por las rodillas, bueno, casi mejor así ya no me tienen que cachear. O eso o le pido a la señora de al lado que me los vaya subiendo de vez en cuando.
El avión con retraso, como siempre. Te das un paseo y todo es información que te ataca por todos los lados, revistas, libros, tiendas de ropa, electrónica, alcohol, tabaco, comida. Yo creo que por eso retrasan los aviones, para que tengas tiempo para consumir.
Un cafe, un bollo, etc, etc.
Y por fin al avión.
Un cafe, un bollo, etc, etc.
Y por fin al avión.
Y llegas, coche de alquiler, 100 km, a ver otra montañas que se mueve y que está empeñada en caerse sobre una carretera, unas fotos y otra vez para el aeropuerto.
Y otra vez todo el proceso, y otra vez el avión con retraso
Y por fín en barajas, y a casa.
3 comentarios:
joer...qué buena c´ronica!!!!!
me ha encantaaaaaaooooOOOOO!!!!!!
P.D.Las fotos...muy buenas...
Sí, las fotos son geniales...muy inspiradoras...Se me ocurren mil cosas para escribir
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